Fr. Mike Schmitz gave a talk at the 2019 FOCUS conference, and here is an excerpt:
Basically, Fr. Schmitz says celebration facing the people leads people to “sit there and watch” Mass—whereas Mass “ad orientem” reminds us we’re called to assist at Mass rather than sit as “detached and silent spectators” (as Pope Pius XI put it).
Offering Mass ad orientem “enhances beauty” and “enhances reverence,” Bishop Robert Morlino, who died Saturday, told LifeSiteNews two years ago. LifeSiteNews releases footage of those comments for the first time today.
El rito romano actual contempla la posibilidad de celebrar viendo hacia el pueblo (versus populum) o, mirando hacia Dios (versum Deum), a lo que también se le conoce como celebrar al oriente (ad orientem). Es frecuente que se diga que se celebra “de espaldas al pueblo”, pero esta expresión solo significa la posición del celebrante respecto al pueblo, y no frente a Dios. Por eso, es mejor decirle “hacia Dios” o al oriente.
Celebrar sin ver al pueblo no es algo exclusivo de la forma extraordinaria. También en la ordinaria es permitido. Esto es una cosa común en muchos lugares. Todos los papas han celebrado así. En la Instrucción General del Misal Romano (IGMR) se contempla que los altares no deben de colocarse pegados a la pared, para dar la oportunidad de celebrar de cualquier lado de éste.
Cada una de estas dos posibilidades tiene su simbolismo. Ver hacia el pueblo da la sensación de que se comparte la mesa. Ver hacia el oriente litúrgico, en cambio, simboliza que todo el pueblo, con el sacerdote que es Cristo, miran hacia el Padre y se dirigen juntos a él.
Como es menos común que se celebre “versus Deum”, explicaremos el modo en que tiene que hacerse en la forma ordinaria del rito romano.
1.- El misal siempre se coloca a la izquierda del celebrante, y el acólito le ayuda por la derecha. Por ello, antes de la misa debe de colocarse la credencia del lado derecho del altar. De igual forma, las velas y la cruz, en caso de que se coloquen sobre el altar, deben de cambiarse de lado.
2.- El sacerdote se dirige al altar al inicio de la Misa. Al llegar, lo venera con un beso por el lado que ha de celebrar.
3.- Si se emplea incienso y el altar está pegado a la pared, lo inciensa iniciando por el lado derecho, volviendo al centro, después incensando el lado izquierdo y, finalmente, volviendo al centro. Si asiste un diácono, no lo acompaña al incensar. En caso de que el altar esté despegado de la pared, inciensa rodeándolo, como de costumbre, y acompañado del diácono. (IGMR n. 277)
4.- El celebrante preside los Ritos Iniciales desde sede, viendo al pueblo. La Liturgia de la Palabra es en el ambón, viendo al pueblo. Igualmente, el celebrante hace la homilía viendo al pueblo.
5.- Al inicio de la liturgia eucarística el celebrante se dirige al altar. Presenta los dones versus Deum.
6.- Si se emplea incienso, el celebrante inciensa los dones y la cruz (si está al centro del altar). Después, si el altar está pegado a la pared, como al inicio inciensa el lado derecho; vuelve al centro; después inciensa el lado izquierdo y vuelve al centro, en donde es incensado. En caso de que el altar no esté pegado a la pared, lo inciensa rodeándolo, como de costumbre. (IGMR n. 277)
7.- Para decir “Oren hermanos…” se voltea hacia el pueblo, y acabado la respuesta, vuelve a la posición ad orientem, en donde sigue la Misa, sin voltearse para decir “el Señor esté con ustedes” al inicio del prefacio. (IGMR n. 147)
8.- En la Consagración el celebrante no se voltea. Pero debe elevar el Cuerpo de Cristo y el cáliz con la y la Sangre de Cristo por encima de su cabeza, para que lo pueda ver el pueblo.
9.- Continúa celebrando versus Deum hasta el rito de la paz, en donde se vuelve para decir “La paz del Señor esté con ustedes”. (IGMR n. 154)
10.- Tras ello, vuelve a la posición versus Deum y, después del Cordero de Dios, se vuelve al pueblo para mostrar el Cuerpo de Cristo partido mientras dice “Este es el Cordero de Dios…” (IGMR n. 157)
11.- El celebrante comulga sobre el altar, y después da la comunión como de costumbre.
12.- La oración después de la comunión y los ritos conclusivos los hace en la sede, viendo hacia el pueblo.